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01 Sep El estrés y la energía: cómo canalizar
El estrés y la energía tienen una relación directa, de hecho, si sabe gestionar y canalizar de forma adecuada tiene beneficios positivos tanto mentales como físicos. Pero, desafortunadamente no siempre es así, por lo que la persona termina agotada y no se encuentra bien.
La energía es fundamental en nuestra vida y es la clave para el éxito personal y profesional. Pero, hoy en día, siguen siendo muchas las personas que no prestan atención a ello. Se traduce como la capacidad y fuerza que se tiene para actuar tanto física como mentalmente. Por este motivo, es muy importante saber cómo producirla y manejarla adecuadamente
¿Qué es el estrés?
El estrés es una reacción fisiológica de nuestro organismo que nos ayuda a afrontar una situación que podemos considerar como amenazante. Se pone en marcha un mecanismo de defensa que genera un estado de tensión física y emocional ante un estímulo, tanto positivo como negativo.
Por lo tanto, se puede decir que el estrés es una respuesta necesaria para la supervivencia del ser humano. Pero, si se produce una sobrecarga repercutirá negativamente en el organismo y se generarán enfermedades como el insomnio que dificultan el funcionamiento normal del cuerpo humano.
Un estrés excesivo o no controlado nos desgasta mentalmente y agota físicamente. Incluso nos provoca ansiedad, irritabilidad y ciertos trastornos psicosomáticos. Cualquier emoción negativa puede generar dolores de cabeza, tensión muscular o problemas digestivos, si no se sabe gestionar de forma adecuada.
Realmente, un poco de estrés es beneficioso y útil, porque nos ayuda a estar mucho más activos y con mayor dosis de energía. Pero, hay que saber manejarlo correctamente para desempeñar cualquier actividad de forma correcta y sin problemas.
¿Por qué se genera?
El estrés puede surgir ante cualquier situación o pensamiento que haga sentir a la persona frustrada o nerviosa. Por esta razón, cabe señalar que existen muchas causas por las que aparece. Lo más normal es que la persona no sepa cómo superar o resolver un problema, lo que provocará ciertos síntomas que repercutirán negativamente en ella.
Tal como hemos indicado, es un sentimiento normal, pero cabe diferenciar entre el estrés agudo y el crónico. En el primer caso, se produce a corto plazo y suele desaparecer rápidamente. Por ejemplo, presionar los frenos del vehículo o reducir la velocidad de un coche para evitar un golpe.
En el segundo caso, su duración es mucho más larga en el tiempo. Una insatisfacción continua en el trabajo o problemas económicos durante mucho tiempo pueden causar ciertas patologías, si no se pone remedio o se trata con un profesional.
Hay que tener en cuenta que el exceso de estrés puede poner en riesgo a un paciente, ya que perjudica seriamente su bienestar. Si se sobrepasa de forma prolongada e innecesaria habría que buscar alternativas para prevenirlo. Tan solo un profesional podrá hacer una valoración y diagnosticar la escala del estrés y cómo tratarlo.
¿Cómo afecta el estrés a la energía?
El estrés puede reducir los niveles energéticos y afectar a la salud. Si sabemos manejar la energía de forma adecuada, nos sentiremos más renovados al levantarnos de la cama, tendremos la sensación de que podemos trabajar todo el día sin cansarnos, y además, evitaremos los bloqueos mentales.
Esto influye en el humor y nuestro entorno. Todo el mundo quiere estar al lado de una persona feliz y positiva. Mientras, la mayoría de la gente huye de las personas tóxicas y llenas de problemas. Por lo tanto, manejar el estrés significa controlar los altibajos y sentir que las cosas suceden de forma fluida y sin sobrecarga.
¿Cómo canalizar?
¿Se puede tratar el estrés? Los psicólogos y terapeutas conocen las formas para reducirlo con la finalidad de que no influya negativamente en el individuo. Ellos sabrán cómo reconocer las situaciones que lo desencadenan para establecer una rutina que suponga llevar una vida mucho más saludable (alimentación sana y práctica de ejercicio) y tener un pensamiento y actitud positiva ante los problemas.
Lo más normal es aprender ciertas técnicas de relajación y respiración para un mejor manejo del estrés. Esto ayudará a disminuir la presión arterial y volver a la calma de forma progresiva. La respiración es fundamental para controlar esos episodios o ataques de ansiedad que merman la calidad de vida.
Lo más normal es usar la respiración cuadrada, que es la más sencilla de todas. La persona solo deberá elegir una postura con la que se sienta cómoda, de forma que inhale y exhale por la nariz, contando hasta cuatro. Esto mejorará la concentración, relajará el sistema nervioso y ayudará a dormir mucho mejor. Asimismo, hay otro tipo de técnicas como la respiración abdominal y alterna, así como la relajación muscular progresiva.
¿Cómo la LNT puede ayudarte?
Nos podemos preguntar si se puede sanar a través de la energía. La respuesta es afirmativa, y a pesar de que la sociedad moderna ha sido reacia a practicar técnicas milenarias orientales o combinarlas con la medicina tradicional, hoy en día, esto es mucho más común.
La técnica de sanación cuántica (LNT) es muy beneficiosa para tratar el estrés porque es una terapia no invasiva, libre de efectos secundarios que proporciona numerosos beneficios a nivel físico y psicológico. Esta ayuda a sanar el cuerpo y la mente al estudiar a la persona y su entorno dentro de la red energética vibratoria.
Este método integral se caracteriza por cambiar la realidad de la persona a través de las emociones y pensamientos. Para ello, utiliza una unidad indivisible, denominada quantum, que emite y absorbe las ondas de información y energía.
Esta técnica buscará el origen del desequilibrio de la persona en los diferentes niveles energéticos. Y, aunque hay diversas terapias, el objetivo siempre es el mismo: buscar la felicidad en el ser humano a través de la armonía con el Universo y el entorno.
En definitiva, el estrés en exceso o la falta de manejo adecuado afectan negativamente a la energía de la persona. Por este motivo, lo mejor es ponerse en manos de un profesional que sea capaz de emitir un diagnóstico acertado para trabajar este desequilibrio y lograr resultados efectivos.