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01 Mar Enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo
Al igual que somos lo que comemos, también somos lo que sentimos y experimentamos. La salud no es algo solo relacionado con el estado físico: lo que ocurre en la mente y en los sentimientos también tiene sus repercusiones en el cuerpo.
No es una novedad ni algo totalmente sorprendente afirmar que enfermedades como la depresión tienen un claro reflejo en nuestro cuerpo. Estas situaciones mentales y emocionales van dejando cicatrices también de forma física. Son lo que desde el ámbito médico llaman enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo.
Un concepto milenario
Hay que retrotraerse hasta la China medieval para entender cómo y por qué surge ese concepto de enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo. Existen evidencias documentales del tratamiento de esta situación dentro del campo de acción de la medicina tradicional oriental.
Según estos parámetros, un alto porcentaje de las reacciones físicas que las personas experimentan están estrechamente relacionadas con procesos mentales o emocionales. En otras palabras: lo exterior muestra algo que está pasando en el interior, en la parte más profunda e íntima del paciente.
Así, la ansiedad y la depresión se observan a través de muchos indicativos, que son “señales de advertencia” que da el cuerpo tanto para la persona que lo sufre como para los que están en torno a ella. Se trata de una serie de alarmas para indicar que algo no marcha bien y que hay que buscar ayuda profesional para solucionarlo.
Señales físicas de la ansiedad
Sudoración, temblores, debilidad y cansancio… Todas estas situaciones físicas son muy reales cuando alguien sufre un proceso de ansiedad acusado. Pero no acaban ahí: episodios de hiperventilación, sensación de ahogo, la aparición de bolos ansiosos en la garganta… Las consecuencias físicas de la ansiedad son muchas y muy diversas.
Por eso resulta a veces complicado encontrar un diagnóstico claro en las primeras consultas. Y también por ello es interesante ponerse en manos de profesionales de la salud mental en el mismo momento en el que se sospeche que puede haber algo de esto detrás de los problemas físicos que se están experimentando.
Señales físicas de la depresión
En casos severos de depresión, las señales físicas y corporales pueden ser mucho más acusadas todavía.
Lo primero a lo que hay que prestar atención es a un aumento o una bajada notables y rápidas de peso. Esta suele ser una señal unívoca de que algo no marcha bien. Otro de los puntos a los que se suele prestar atención es a los mareos, frecuentemente unidos a dolores de cabeza, jaquecas y cefaleas.
Por otro lado, las personas con depresión suelen mostrar frecuentes dolores abdominales, problemas para respirar y dolores de espalda.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas no son “obligatorios” en todos los casos. Habrá personas que manifiesten su situación bajo todos o alguno de estos parámetros y habrá quien no. Por eso, la observación constante de las personas de nuestro entorno ha de ser perspicaz y analítica.
Las enfermedades mentales reflejadas en el cuerpo: el caso de los niños
Estas pistas físicas sobre las dolencias mentales y emocionales son totalmente relevantes en el caso de los más pequeños de la casa. Incapaces de entender lo que les pasa, y menos aún de ponerle nombre, estas pistas corporales pueden ser la única forma de saber que algo les ocurre y ponerle solución.
Por eso, el ejercicio de observación a los menores debe ser todavía más profundo y continuado. Es la única forma de ofrecerles el apoyo que necesitan desde el primer momento. Porque cada vez son más los casos de ansiedad y depresión en niños, sobre todo en estos momentos derivados de la pandemia por el Covid-19.
Las soluciones: Terapia LNT
Al igual que para cualquier dolencia física nos ponemos en manos de un médico especialista, una vez que se ha identificado un problema emocional o mental es preciso buscar ayuda profesional.
Una de las fórmulas más utilizadas, sobre todo con menores, en la actualidad es la LNT®. Se trata de un tipo de terapia relativamente nueva –comenzó a utilizarse hace unos 20 años– implantada por el enfermero Philippe Schwiderski.
Especializado en osteopatía y gracias a sus diversas investigaciones y a su propia experiencia en el trato diario con pacientes, el sanitario canalizó un nuevo sistema de sanación cuántica que ayuda a sanar tanto el exterior como el interior del cuerpo.
Comprender que los traumas emocionales y físicos están fuertemente unidos es el primer paso para comenzar a trabajar con ellos de manera integral y solucionarlos para siempre. Porque de nada sirve eliminar las señales físicas si no se trabaja también en reducir y eliminar el problema emocional y mental que está en su origen.
La nueva terapia, conocida como LNT, aporta muchísimos beneficios tanto a nivel físico como emocional. Y se utiliza habitualmente para superar problemáticas como la migraña, los dolores corporales, el estrés, la ansiedad, las alergias o incluso la infertilidad.
A través de la canalización directa de la energía y la conexión con la Fuente, es posible despertar todo el potencial que reside en el interior de las personas y lograr sorprendentes cambios físicos y emocionales.
Además, las personas capacitadas para impartir esta terapia tienen la capacidad de aplicarla sobre sí mismos en un proceso de autosanación con potentes resultados.
El equilibrio mental obtenido tras entrar en el trabajo con las energías de la terapia LNT supone un giro de 180º para las personas que conocen todos los detalles de la terapia y estudian la mejor forma de aplicarla sobre sí mismos y sobre las personas de su entorno.
Trabajar sobre la raíz de los problemas de depresión o ansiedad tendrá además repercusión directa en el exterior de las personas: estas enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo desaparecerán, eliminando todo rastro tanto en el cuerpo como en el alma y la mente de las personas.