Salud física, emocional y espiritual

La salud es mucho más que la ausencia de enfermedades. De hecho, la verdadera salud llega cuando somos capaces de crear armonía entre todos nuestros cuerpos. Sin embargo, llevar a cabo un reajuste de nuestros hábitos puede parecer un poco abrumador. Para hacer tu camino más sencillo, te ayudamos a reconocer cuáles son los primeros pasos para encontrar un balance en tu salud física, emocional y espiritual.

Salud física

Durante la experiencia humana en este mundo material es preciso un envoltorio que nos permita vivenciar todas las áreas de la realidad. Para ello nos servimos de los órganos y la estructura musculoesquelética del cuerpo humano, de ese vehículo que transporta nuestra consciencia desde nuestro nacimiento hasta el día de nuestra muerte.

En definitiva, el cuerpo físico es el reflejo de todos los aspectos de tu Ser.

Por ello, la salud física ha de entenderse no como la ausencia de enfermedades, sino como el equilibrio a lo largo de nuestros días. Para lograrlo, lo adecuado es cuidar a nuestro cuerpo a través de todos los recursos de los que dispongamos. En este aspecto, el ejercicio físico y la alimentación son esenciales. No obstante, podemos añadir otra serie de hábitos que nos aseguren una mejor calidad de vida estableciendo nuestra propia rutina.

Cómo mejorar el cuerpo físico

  •  Mantén tu cuerpo despierto y en movimiento. En la medida de tus posibilidades, practica un deporte de tu gusto.
  • Fortalece y alarga tus músculos y articulaciones, y desarrolla el equilibrio, pues estas prácticas servirán como ejemplo para tus otros cuerpos.
  • Descansa tras un esfuerzo y duerme las horas suficientes.
  • Mantente limpio. Para ello exfolia tu piel y recurre a alternativas más saludables con tu cuerpo y el medioambiente.
  • Aléjate de toxinas como el alcohol, el tabaco y otras drogas. Así mismo, reduce el consumo de carne y, si puedes, escoge opciones sostenibles.
  •  Dedica tiempo a la cocina para preparar platos equilibrados y frescos. Evita los precocinados, los procesados, el azúcar y la bollería.
  •  Recibe masajes con regularidad. Y es que nuestro cuerpo nos ofrece la posibilidad de experimentar numerosos eventos, por lo que nuestros músculos y articulaciones pueden verse resentidos.
  •  Acude al médico cuando sea necesario.

Salud emocional

El cuidado del cuerpo físico es fundamental. No obstante, es posible llevar a cabo un ejercicio regular y unos hábitos de alimentación equilibrados y padecer de una de las afecciones más recurrentes de nuestro siglo: el estrés.

El estrés es un mecanismo de supervivencia cuyo fin es el de poner a salvo nuestra vida y responder a circunstancias que el instinto considera potencialmente mortales. Sin embargo, y pese a que nuestro cuerpo actúa desde una profunda sabiduría, el estrés supone un desgaste en el cuerpo físico.

La salud emocional es el área donde manejamos consciente o inconscientemente nuestras actitudes, deseos, ideales, emociones, sentimientos y pensamientos.

Para lograr una salud emocional equilibrada es necesario poseer la capacidad de dar nombre a aquello que sentimos. De este modo, la aceptación, integración y el aprendizaje se darán con mayor facilidad y evitaremos caer en conflictos psicológicos y patrones de conducta que puedan dañarnos.

La salud emocional también comprende cómo nos relacionamos con los cambios, con distintos ambientes y cuál es la calidad de nuestras relaciones personales. De hecho, las personas emocionalmente equilibradas han aprendido a reconocer sus patrones de comportamiento y anteponerse a ellos, encontrando maneras creativas para enfrentarse al estrés o a los problemas de la vida. Estas personas tienen una concepción constructiva y buena de sí mismos y manejan su entorno con asertividad.

Cómo mejorar el cuerpo emocional

  •  Aprende sobre inteligencia emocional. Para ello te aconsejamos leer sobre las características y funciones de cada emoción.
  •  Visita a un psicólogo cuando sea necesario. Si te ves sobrepasado por alguna circunstancia de la vida, solicita ayuda. Todos la necesitamos en algún momento.
  • Reflexiona sobre tus emociones, sentimientos y pensamientos. Para ello, comienza por escribir un diario o grábate expresando lo que sientes.
  • Practica el perdón. En la gran mayoría de los casos actuamos lo mejor que sabemos.
  •  Incluye en tu día a día aficiones que te nutran, que te hagan sentir realmente pleno. Si no tienes ninguna, investiga acerca de tus gustos.
  •  Recurre a terapias alternativas que pongan en funcionamiento todo tu Ser y profundice acerca de tus traumas. La Nueva Terapia, por ejemplo, pone su foco de atención en sanar a través de la energía.

Salud espiritual

Si el cuerpo físico es aquel que nos permite vivir esta experiencia humana, el cuerpo espiritual es aquel del que emana la energía. La conexión del alma con La Fuente es intrínseca. Sin embargo, es necesario realizar una práctica consciente y diaria para mantener abierta la conexión. De hecho, algunas personas encuentran este vínculo con la divinidad en la religión, en tanto que otras lo hacen a través de la espiritualidad, la energía cuántica o, incluso, el arte. El detalle más importante es mantenerse receptivo a la información que procede de La Fuente, para lo que es necesario desarrollar la intuición y la escucha interior. De este modo, encontraremos con mayor precisión una consonancia entre salud física, emocional y espiritual.

Cómo mejorar el cuerpo espiritual

  • Practica el mindfulness. A través de esta técnica meditativa podrás estar presente en cada instante, disfrutando de cada momento y experimentando la situación por completo.
  • Medita cada día o reza.
  •  Investiga sobre distintas filosofías o religiones para obtener una perspectiva más amplia acerca de la espiritualidad.
  •  Si temes la soledad, asiste a un retiro para profundizar en ti mismo. En cambio, si tienes tendencia a evitar a la gente por rechazo o miedo, relaciónate con algo más de intimidad.
  •  Comprende que cada uno de nosotros sigue su propio camino.
  • Analiza tus creencias, pues en ocasiones nuestra experiencia de vida se ve limitada por ideas que ya quedaron obsoletas.
  • Desarrolla tu conocimiento sobre la energía. La LNT ofrece formación para aprender a sanarte y sanar a otros a nivel físico, emocional, energético y espiritual.

¿Cómo puede ayudarte la LNT?

En la actualidad, parte de la medicina tradicional se encuentra receptiva a un concepto holístico sobre la salud humana. En efecto, las terapias alternativas que enfocan su atención en cada aspecto del Ser son cada vez más empleadas como complemento a los tratamientos más clásicos.

La sanación cuántica, de hecho, es un método excelente para tratar a los pacientes sin temor a ningún efecto secundario. Este tipo de medicina se vale de los diferentes cuerpos que conforman al ser humano para encontrar la causa del desequilibrio, ya sea emocional, físico o espiritual, ahondando en los traumas energéticos o, incluso, espirituales.

Si quieres mantener un estado de salud óptimo y crear el ambiente ideal para experimentar la plenitud, te animamos a poner en práctica unos nuevos hábitos y equilibrar así tu salud física, emocional y espiritual.